I can
- homoigni
- 29 may 2023
- 3 Min. de lectura
Sospecho que muchos como yo han escuchado varias veces en este año la canción “Flowers” de Miley Cyrus. Podrá gustarnos o no, pero dada su amplia difusión es difícil dudar que logra su cometido de ser atractiva, fresca y conmovedora.

El coro dice:
I can buy myself flowers
Write my name in the sand
Talk to myself for hours
Say things you don't understand
I can take myself dancing
And I can hold my own hand
Yeah, I can love me better than you can
Quiero centrarme en esta estrofa porque encuentro en ella algo interesante. Aquí se da una descripción de facultades que la artista reconoce poder hacer por sí misma y/o con mejor resultado que en interacción con otro: comprar flores para mí, escribir mi nombre en la arena, hablar conmigo por horas (y decir cosas que no entenderías), llevarme a bailar, tomar mi propia mano y amarme mejor de lo que tú puedes. Son seis en total.
Las primeras cinco son indiscutiblemente realizables por uno mismo sin interacción con otro, pero sus resultados no son fácilmente comparables ni pueden realizarse a la vez. Decir que cualquiera de ellas se hace mejor en soledad que con otro es complicado, pues en todas se produce potencialmente un resultado que podría ser valioso. Se puede bailar solo o en pareja, pero no hace sentido decir que uno u otro son mejores en sí mismos. Además, estas facultades no pueden realizarse en soledad y con otro al mismo tiempo. O se baila solo o se baila con alguien, pero no ambas cosas a la vez, y sea cual sea el caso, la calidad del baile puede ser buena. Esto es así para las cinco facultades primeras. Hasta aquí estamos de acuerdo con Miley, quien no hace más que reportar cinco facultades que puede hacer ella misma consigo.
Miremos ahora el final de la estrofa: “I can love me better than you can”. Este caso parece ser distinto a los anteriores porque añade un calificativo de valor: better. Parece ser un tipo de facultad realizable solo y en conjunto, como las anteriores, pero con la particularidad de que los resultados de ambos casos sí se pueden comparar entre sí.
Amarse a sí mismo es ya de por sí un término complejo, dada la amplitud de los conceptos implicados. Sin embargo, creo que podríamos conceder que la afirmación, buen trato y ocupación de sí mismo es un buen concepto general de amor. Eso mismo se puede hacer por sí mismo y por otros. Ahora, ¿es mejor hacer eso por sí mismo o que alguien más lo haga por/con nosotros? ¿Es racional sostener, prefiero amarme a mí mismo sobre prefiero que otro me ame?
Esta dicotomía que propone la canción es complicada y, en mi opinión, lo es porque plantea un sinsentido. El amor a uno mismo no excluye el amor hacia otro, sino que lo hace efectivo y real. He aquí la novedad respecto a las otras facultades citadas: El amor a sí mismo y el amor a otro se puede dar al mismo tiempo. Más aún, la afirmación de otros requiere de mi propia autoafirmación. Así, no puede haber amor a otros si no hay un amor a sí mismo. Amar a otros no es, entonces, un aniquilamiento del amor a sí mismo, sino la adición de otro tipo de amor. Así como no puedo bailar solo y en pareja al mismo tiempo, sí puedo amarme y amar a otro al mismo tiempo.
Desde luego, mucho más se podría decir sobre el tema, pero al menos hemos hallado que, como facultad, el amor a sí mismo es posible y necesario, y que, en general, es mejor recibir amor de alguien además del que cada uno tiene por sí mismo. Amar y dejarse amar tiene sus exigencias y renuncias y, desde luego, afecta la calidad del amor propio: a veces podría parecernos que el primero disminuye al segundo. Pero, ¿es realmente así? Creo que si se va más allá del instinto egoísta, se podrá ver por experiencia que rebasarse a uno mismo para amar a los demás (y dejarse amar) es un modo más elevado de amarse a sí mismo. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. ¿Tendremos la valentía de aceptar esa propuesta milenaria o preferiremos limitarnos solo al pequeño amor de nosotros mismos?
Dicho todo lo anterior, yo prefiero bailar, tomar la mano y hablar con alguien más. Los otros dan sabor a nuestra vida. ¡Comprémosles flores!




Comentarios